¿Alguna vez te has preguntado, cómo llegan esas carnes y vegetales frescos a tu plato? y ¿Por qué la leche que compras en el supermercado dura semanas en tu nevera sin dañarse?
La respuesta es sencilla: por la cadena de frío que mantienen los alimentos.
En este blog de ciencia, vas a descubrir los secretos de este eslabón fundamental en la seguridad alimentaria. Explicaremos cómo funciona la cadena de frío, desde la producción hasta el consumo, y comprenderás por qué es tan importante mantenerla segura.
¿Qué es la cadena de frío?
La cadena de frío se refiere al proceso ininterrumpido de refrigeración o congelación que atraviesa un alimento desde su producción hasta su consumo. Este proceso abarca todas las etapas, desde la cosecha o sacrificio del animal, pasando por el almacenamiento, transporte, distribución y venta final al consumidor.
¿Cómo funciona la cadena de frío?
La cadena de frío se basa en el control estricto de la temperatura en cada etapa del proceso. Las temperaturas de refrigeración y congelación recomendadas varían según el tipo de alimento, pero en general, se deben mantener:
- Refrigerados: entre 9 0°C y 4°C
- Congelados: a -18°C o menos
Para mantener estas temperaturas, se utilizan equipos de refrigeración y congelación adecuados, como cámaras frigoríficas, congeladores, vitrinas refrigeradas y vehículos con sistemas de refrigeración controlada. Además, es importante monitorear constantemente la temperatura mediante termómetros y registradores de datos.
¿Cómo mantener la cadena de frío?
Para mantener la cadena de frío, es necesario seguir prácticas adecuadas en cada etapa de la cadena de suministro:
En la producción:
- Los alimentos deben refrigerarse o congelarse inmediatamente después de su cosecha o sacrificio.
- Se deben utilizar equipos de refrigeración y congelación adecuados.
- El personal debe estar capacitado en las prácticas y el cumplimiento de la cadena de frío.
En el transporte:
- Los vehículos de transporte deben estar equipados con sistemas de refrigeración o congelación.
- La temperatura de los alimentos debe monitorizarse durante el transporte.
- Los alimentos deben cargarse y descargarse de manera segura para evitar cambios bruscos de temperatura.
En el almacenamiento:
- Los alimentos deben almacenarse en refrigeradores o congeladores a las temperaturas recomendadas.
- Los refrigeradores y congeladores deben limpiarse y desinfectarse periódicamente.
- Los alimentos deben almacenarse de manera organizada para evitar la sobrecarga y la obstrucción del flujo de aire.
En la venta:
- Los alimentos deben mantenerse refrigerados o congelados en las vitrinas y estantes.
- Los consumidores deben comprar los alimentos perecederos al final de su compra y refrigerarlos o congelarlos inmediatamente después de llegar a casa.
¿Por qué es importante mantener la cadena de frío?
La principal razón por la que debemos mantener la cadena de frío es para garantizar la seguridad de los alimentos perecederos, como carnes, pescados, aves, productos lácteos y algunos productos frescos.
Estos alimentos son susceptibles al crecimiento de microorganismos patógenos que pueden causar enfermedades graves si se consumen contaminados.
Tres razones fundamentales para mantener la cadena de frío en los alimentos:
- Evita la proliferación de bacterias: Las bajas temperaturas disminuyen o detienen la reproducción de microorganismos patógenos, lo que reduce el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
- Preserva la calidad nutricional: Los alimentos perecederos son sensibles a las temperaturas y pueden perder sus propiedades nutricionales, sabor y textura si no se mantienen a las temperaturas adecuadas.
- Extiende la vida útil: La cadena de frío retrasa el deterioro de los alimentos, permitiendo conservarlos por más tiempo en condiciones óptimas de consumo.
¿Qué pasa si se rompe la cadena de frío?
Cuando se rompe la cadena de frío, la temperatura de los alimentos aumenta, lo que favorece la multiplicación de bacterias patógenas. Esto puede ocasionar que los alimentos se deterioren, pierdan calidad y, en el peor de los casos, se vuelvan no aptos para el consumo, provocando enfermedades.
Conclusión
La cadena de frío es un eslabón fundamental en la seguridad alimentaria. Mantener la temperatura adecuada de los alimentos perecederos es esencial para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y garantizar la calidad y el valor nutricional de los mismos.
Como consumidores, podemos contribuir a mantener la cadena de frío comprando alimentos perecederos al final de nuestra compra, refrigerándolos o congelándolos inmediatamente después de llegar a casa, siguiendo las buenas prácticas de almacenamiento y manipulación.
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Con Ciencia Ingenia